CIENCIAS
El grado de Biotecnoloxía ya ha cumplido un lustro en el Campus Vida de Santiago de la USC. El próximo septiembre comenzará la séptima promoción de esta carrera universitaria que abarca varias disciplinas y que puede ser una opción interesante para aquellos estudiantes con preferencia por las materias relacionadas con la biología, la física, la química o las matemáticas, pero también muy vinculada a las ciencias de la salud y a la investigación; porque se trata de unos estudios que engloban las diversas aplicaciones tecnológicas de las que se pueden servir los seres vivos y sus derivados.
En el primer y segundo curso predominan las materias de formación básica, como Matemáticas, Física, Química, Bioloxía celular, Bioquímica o Xenética; y ya en tercero y cuarto las optativas se agrupan en itinerarios que el alumno escogerá para enfocarse hacia una especialización en algunas de estas tres ramas: la sanitaria, la industrial o la agroalimentaria. Para obtener alguna de dichas menciones, el estudiante tendrá que cursar un mínimo de 18 créditos vinculados a alguna de ellas, aunque también tiene la opción de graduarse en Biotecnoloxía sin ninguna mención.
La biotecnología es uno de los campos que han experimentado un mayor crecimiento en los últimos años, lo que se traduce en unas optimistas perspectivas laborales para los titulados en esta carrera, dado que forma profesionales que son necesarios en puestos muy diversos: hospitales y centros de investigación, diseño y producción de procesos o patentes, o enseñanza son tres de los ámbitos donde pueden encontrar trabajo los egresados.
Galicia despunta
Pero es que, además, Galicia es una de las comunidades donde este sector está despuntando: el pasado año se crearon en España 62 empresas de este ámbito. Y nueve de ellas están en Galicia, la segunda autonomía con más nuevas compañías, solo por detrás de Cataluña; y en el año 2021 ocurrió exactamente lo mismo. Lo apunta un informe de AseBio, la asociación española de bioempresas, que refleja esta tendencia: Galicia empieza a jugar en las primeras ligas en este ámbito ultracompetitivo, en el que tecnología, innovación, inversión y alta cualificación deben ir de la mano. Y por si fuera poco, se da la circunstancia de que el ecosistema biotecnológico es global, lo que hace que todas estas empresas incipientes nazcan con una clara vocación internacional.