ARTES
La cerámica gallega está de moda. Solo hay que pensar en Sargadelos, una marca que sigue ganando proyección internacional y cosechando éxitos con piezas de nueva creación y otras más clásicas, como sus vajillas de colores reconocibles a nivel mundial, auténticas obras de arte pero que no pierden su funcionalidad. La cerámica participa así de la doble condición de ser una actividad profesional y una de las expresiones artísticas más valoradas.
La escuela de arte Ramón Falcón de Lugo oferta cada año 20 plazas para formar titulados superiores en esta disciplina de las artes plásticas, a los que dirige para que sean capaces de afrontar la labor de creación y a los que enseña los conocimientos científicos y tecnológicos que puedan aplicar en su faceta profesional.
A lo largo de dos cursos, los alumnos tendrán que superar algunas asignaturas teóricas, como Historia de la Cerámica, Materiales o Tecnología, pero las horas de creación práctica en los talleres serán el centro de la actividad académica, que culmina con 200 horas de formación ya fuera del aula, en empresas, estudios o talleres con los que la escuela tiene aprobados convenios de colaboración.
Después, los titulados estarán preparados para elaborar obras de cerámica; planificar dicha elaboración teniendo en cuenta aspectos técnicos, estéticos, materiales, económicos y de producción; y sabrán organizar las diferentes fases del proceso. La demanda laboral de estos profesionales está orientada en dos direcciones: por una parte, hacia el trabajo en la línea de producción de una empresa cerámica; y, por otro, hacia el trabajo independiente de carácter personal y creativo.