Aunque a veces la realidad lo desmiente, de la carrera de Políticas no salen políticos. En las aulas de la facultad compostelana se gradúan gestores de organizaciones, analistas de las políticas públicas, analistas políticos, consultores internacionales, agentes de desarrollo local y, por supuesto, docentes e investigadores. Pero a estos perfiles más clásicos hay que sumar los nuevos movimientos sociales, que necesitan consultores externos para adaptarse a cada entorno, gestores de la participación ciudadana y de las oenegés.
En un entorno sociopolítico con tantos entramados —las crisis locales se convierten en mundiales, como estamos viendo— otra de las salidas que más interés despierta está en las empresas tecnológicas. Estas buscan perfiles como el de los politólogos para comprender la realidad de cada país o región, o simplemente para adaptarse mejor a su normativa, ya que suele tratarse de empresas multinacionales.
La carrera en sí no tiene grandes dificultades para superarla, pero poder vivir de esta profesión exige un gran compromiso por parte del estudiante. Le pasa a una gran parte de los grados de sociales: uno no puede esperar a que el trabajo le vaya a buscar a casa, y las empresas que requieren de estos profesionales buscan una persona con habilidades muy variadas.
El grado santiagués apuesta por las materias más vinculadas a la actualidades y en la UNED se puede optar a varias asignaturas en inglés.