La lucha contra el crimen recae fundamentalmente en las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, con la Policía Nacional y la Guardia Civil a la cabeza. Pero la propia sociedad puede hacer mucho para intervenir fuera de estos cauces o, mejor dicho, en paralelo. Y de eso va la carrera de Criminoloxía, uno de los títulos con más éxito del sistema gallego de los nacidos en los últimos años.
Que nadie piense que se forma a detectives. Se trata de una formación fundamentalmente jurídica combinada con una visión sociológica y conocimientos psicológicos y de psiquiatría forense, pero además incluye una aproximación a la medicina legal, la informática, el márketing y la opinión pública.
Lo cierto es que resulta una carrera perfecta para optar después a la escala de oficiales de la Policía Nacional (a la Guardia Civil se accede a la carrera por la Academia Militar de Zaragoza). Pero hay otras opciones: oposiciones o como asesores que ayudan en Justicia; consultores para establecer políticas ante la criminalidad; trabajo en Vigilancia Penitenciaria; seguridad privada; obviamente, la investigación y docencia; y hay un campo en alza, que es la atención a las víctimas. Este aspecto es muy importante, porque abre las puertas a trabajar no solo para la Administración de forma civil, sino para fundaciones y oenegés en violencia de género, trata de personas, atención a menores, o redes de inmigración ilegal.