CIENCIAS
Los fisioterapeutas son un colectivo con gran prestigio en la sociedad pero que aún debe pelear para reivindicarse e imponerse ante el intrusismo de seudoterapias disfrazadas a menudo de tratamientos alternativos que carecen de fundamentos científicos que apoyen su eficacia. Por esa razón, reclaman a los pacientes que exijan el título universitario cada vez que acudan a una consulta a recibir tratamientos fisioterapéuticos. En Galicia hay dos universidades que imparten esta carrera, en A Coruña y en Pontevedra.
El grado que imparte la UDC en A Coruña está de enhorabuena: justo hace un año obtuvo el sello de excelencia de la Xunta, un reconocimiento que otorga la agencia para la calidad del sistema universitario y que certifica la calidad y prestigio de una titulación. Desde la UDC destacan la estrecha conexión de la facultad con la sociedad a través de alianzas, colaboraciones y convenios que aportan valor a diversos colectivos y enriquecen las competencias profesionales de los estudiantes y futuros fisioterapeutas. La UVigo, por su parte, cuenta con el sello Q de calidad y ofrece una formación orientada a la función asistencial de los estudiantes. En ambos campus coinciden en destacar la gran carga teórica que tiene la carrera, sobre todo en los primeros cursos.
A nivel laboral, lo más habitual es que los recién titulados empiecen trabajando en clínicas privadas o monten la suya propia. Hace unos años, el Sergas puso en funcionamiento la plataforma Xestión Integrada da Demanda en Equipo, a través de la cual la población puede demandar consultas al fisioterapeuta directamente. Esta iniciativa es pionera, y aún no está integrada en todos los centros de salud.