CIENCIAS
Si hacerse un análisis de sangre no suele gustar, enfrentarse a una resonancia magnética, un PET o un TAC resulta un verdadero reto para muchas personas. El ambiente frío de los espacios donde se encuentran estas máquinas, la exigencia de permanecer quieto poco o mucho tiempo y el miedo a lo que la máquina pueda encontrar supone un estrés para casi cualquier persona. Por eso es importante encontrar en esa sala a técnicos que tengan destreza y habilidad técnica pero también sepan tratar a los pacientes.
Esa precisamente es una de las asignaturas (módulos) de esta FP, que forma a los profesionales que manejan los grandes aparatos de radiodiagnóstico.
Técnicamente, el profesional se encarga de obtener estos registros gráficos, morfológicos o funcionales del paciente con un fin diagnóstico o terapéutico. Aunque siempre tiene que trabajar bajo la supervisión de un médico, como un radiólogo, una persona titulada en este ciclo de FP sí puede diferenciar entre imágenes normales y patológicas a un nivel básico, aplicando para ello criterios anatómicos; también es capaz de realizar análisis con métodos de radioinmunoanálisis; puede determinar si la calidad de las imágenes obtenidas es la adecuada; y puede ejecutar la toma de estas imágenes a través de rayos X, resonancias y medicina nuclear; puede ayudar a la realización de ecografías y está preparado para adaptarse a las tecnologías que se vayan incorporando en una clínica u hospital.
A esto se suma su función de gestión: organizar el trabajo, comprobar que hay suficientes materiales y programar las citas.