HUMANIDADES
Las labores que desempeña un trabajador social engloban un abanico muy amplio de situaciones y necesidades, pero hay un ciclo específico para la atención y, sobre todo, para la promoción de mejoras en la integración de personas con discapacidad sensorial, sordas y sordociegas. Es el título de Mediación Comunicativa, donde se forman los profesionales que luego trabajarán para ayudar a estos colectivos a comunicarse correctamente en las diferentes situaciones de su día a día. Así, es un ciclo formativo muy centrado en el dominio de la lengua de signos y de las estrategias de comunicación que se llevan a cabo con personas sordas, sordociegas y con dificultades de comunicación, un colectivo que en Galicia integran unas 5.000 personas.
Su trabajo es clave en ámbitos asistenciales, educativos, sociolaborales, psicosociales y de apoyo en las gestiones de los quehaceres diarios. El objetivo principal es conseguir que la discapacidad no sea una traba para que las personas puedan desarrollar sin problemas sus rutinas y puedan participar como cualquier otro ciudadano en todas las actividades y recursos que ofrecen las Administraciones públicas.
Solo tres centros en Galicia, de la red pública en A Coruña y Vigo, cuentan con esta formación. En todos los estudiantes aprenden los lenguajes que complementan la lengua oral y escrita: el de signos para las personas sordas y el braille para las ciegas y sordociegas. También abordan asignaturas relacionadas con técnicas de intervención comunicativa, habilidades sociales, primeros auxilios o sensibilización social y participación.