ARTES
Poco hay que decir del valor de una joya. Trabajar los metales y las piedras hasta dominarlos para crear objetos tan bellos como delicados supone la pericia humana elevada a su máxima cota. Pero aunque el talento es necesario, no se puede ser joyero sin una formación. De hecho, en Galicia desde el 2006 para ejercer la profesión de joyero hay que estar inscrito en el Colexio Profesional de Xoiaría, Ourivaría, Prataría, Reloxaría e Xemoloxía de Galicia; para poder hacerlo se exige un título de técnico o técnico superior; este último es el que se explica aquí.
En Galicia la titulación como tal se ofrece solo en la Escola de Artes e Superior de Deseño Mestre Mateo, de Santiago, donde está este ciclo profesional de dos años de duración. Tal y como indican desde la Mestre Mateo, «la capacitación profesional de un técnico superior en joyería artística incluye no solo el trabajo proyectivo de concepción y diseño de la pieza, sino también el dominio de las técnicas tradicionales: calados, cincelado, soldadura, gravado o técnicas de fundición a la cera perdida».
Para aprender todo eso, el alumno dedicará dos mil horas en dos cursos, de las que casi la mitad se pasarán realizando diseños y en el taller, y 105 en prácticas en empresas.
Para acceder a estos estudios hay que cursar el bachillerato de artes o pasar una prueba.